Comenzamos las clases del proyecto de investigación en Iznalloz con
el tema “raíces y alas”. Fijamos la intención de la práctica
haciendo hincapié en la manera en que caminamos por la vida, la
manera en que nos sentimos y realizamos el contacto con nuestros pies
sobre la tierra. Cuanto más conectados nos sentimos con la tierra,
la naturaleza misma y nuestro ser, mejor podremos volar. Echemos
buenas raíces en este instituto para poder crecer y volar cuando nos
toque.
El alineamiento que hemos trabajado ha sido pies (pies paralelos y el
apoyo de las cuatro esquinas, más el dedo gordo como raíz madre) y
brazos-alas (por ahora es sencillamente, extensión plena hacía
arriba, de corazón a brazos, manos y más allá). La conexión fue
inmediata con los niños, sencillo y agradable. Me siguieron
interesados y contentos.
En esta clase uno de los niños no quiso participar y, por supuesto,
respeté su decisión. La siguiente clase, sin decirme nada, cogió
su esterilla sin más.
Veréis a nuestro amigo Francisco aquí tocando los cuencos tibetanos
que suelo usar para la relajación. Francisco es un alumno de 20
años, con discapacidad intelectual moderada. Ha estado conmigo en el
yoga el año pasado y es un placer integrarle en este grupo.
Aprendí bastante acerca de los alumnos con las preguntas sencillas
que hice en esta y en la sesión posterior que yo considero clases
“bases”. Lo más revelador fueron las contestaciones que dieron
a mis preguntas, contándome cosas sobre sus relaciones familiares:
-Consideremos al dedo gordo como tu raíz madre. ¿Quién es esa o
quienes son esas personas que más te han demostrado amor en tu vida?
(Pregunté rápidamente uno por uno). Ellos son tu raíz madre,
empujando el dedo gordo al suelo, sintiendo las cuatro esquinas de
apoyo del pie, sintiendo tu conexión con esa persona o esas personas
que te quieren y están siempre por ti. Inhalando ahora alza tus
brazos encima de la cabeza, estira fuertemente tu pierna izquierda y
da gracias a esas personas en tu vida que te nutren, te inspiran y te
ayudan a volar.
En savasana…. Casi todos entraron en savasana, la relajación,
cerrando los ojos. Las fotos demuestran el interés y la aceptación.
-Otra persona “raíz madre” eres tu mismo y tú misma. El yoga me
ha servido mucho para hacerme yo, mi mejor amiga, les dije. Disfruta
ahora de este momento en silencio, con el acompañamiento de los
sonidos de los cuencos, para sentirte y relajarte, para conocerte
mejor en este estado tranquilo. Es un regalo para ti. Disfrútalo.
Suelta. Relaja. Eres un ser estupendo que merece todo el amor del
mundo. Suaviza. Respírate y disfruta de la paz que nos da saber que
tenemos gente que nos quiere en la vida y que nosotros mismos somos
esas personas también. Puedes sentirte ligera como un ala ahora….
Relájate.
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